28 jun 2011

Viendo una road-movie [...]

Viendo una road-movie
Me muevo, inquieto, de mi asiento
Salgo al pasillo
A comprar
Cerveza
Y entro


J. L. M.

13 jun 2011

Es del río un cause [...]

Es del río un cause
Causa mía
Es la ausencia
Por qué me ausento
Se de mí
Porque de mí
Las sombras saben,
Las sombras hablan
Saben ellos sonreír;
Sonríen por mi causa
Y del río el cause sigo
Porque el cause
Soy


J. L. M. 

3 jun 2011

The Red Wheelbarrow - William Carlos Williams

The Red Wheelbarrow
so much depends
upon
a red wheelbarrow
glazed with rainwater
beside the whitechickens.
La Carretilla Roja

tanto es lo que
depende
de una carretillaroja
rociada por lallovizna
junto a las gallinas
blancas

29 may 2011

Día de Limpieza

Decenas de cajas llenaban el comedor con olor a cartón y polvo, la luz de la despensa ya estaba apagada y la puerta del patio cerrada. Marta miraba siempre al fondo, donde ya todo estaba obscuro y solo se veía el contorno de los objetos.
-A mamá le encantaban estas vajillas – decía, mientras acariciaba un plato de porcelana con el paño húmedo- No me la imagino en otra cocina.
-Después revisá esto. Acá hay varias cosas de cuando éramos chicos- le replicaba Oscar, algo indiferente.
Se veía reflejada en el plato. Ya estaba limpio. Pronto no quedaría mucho trabajo por hacer.
Tomó otra caja y empezó a guardar toda la ropa del armario. Oscar se acercaba, encendiendo un cigarrillo.
- ¿Ya terminaste con eso?
- Sí. Ayudame con la ropa.
Las sombras de la ventana parecían cada vez más difusas. Estaba anocheciendo.
- ¿Te acordás de estos zapatos?
- Sí, ¿no son los que te ponías siempre cuando jugabas a cocinar?
- Sí. Y mamá me retaba – Sonrió.
Pronto, casi no entraba luz por la reja de la puerta. Tardaron en notarlo. Encendieron la luz de la habitación.
- La casa ya se esta viniendo a pedazos ¿No la tendríamos que arreglar?
- Se va a vender – contestó Oscar, aún en su tono indiferente, pero que dejaba notar cierto temblor, cierta melancolía, que Marta, su hermana, reconocía muy bien. Cada vez la casa parecía estar más llena de recuerdos. No los podían evitar.
- A mamá nunca le gustó Perón – recordaba Marta.
- No. Por eso discutían todo el tiempo con papá.
- Y se terminaban haciendo chistes - cada vez sus sonrisas se fijaban de un modo mas triste en su rostro.
- Ahí esta el retrato de Evita todavía – Marta se levantó, y luego de limpiarlo, guardó el retrato en una caja.
El llanto atacó a Oscar, mientras veía un libro de cuentos de cuando era chico. Marta fue a abrazarlo.
Pronto se hizo tarde, y todavía quedaban muchas cosas por guardar. Oscar se secó las lágrimas, y cerró las últimas cajas que habían llenado.
- Bueno, mañana seguiremos.
- Sí, hay que terminar de ordenar.
Al fin se iban, de esa casa, que tantos meses parecía esperar, a terminar sus días. Las cortinas siempre abiertas, como esos ojos, que están ansiosos por cerrarse y no abrirse nunca más.


J. L. M.

Prólogo

Supongo que a esta altura me debo confesar que disfruto escribiendo prólogos. A esta altura, un nuevo cambio parecía innecesario. Es por esto que hoy mis palabras serán breves (aún más que antes). Creí oportuno crear un espacio donde aparecieran todos mis nombres, y decidí obsequiarle al lector la tarea de elegir cual de ellos es el que mejor merece mi literatura. Ah, y por cierto: seguramente, en este blog no aparecerán sólo obras mías, sino ademas selecciones y traducciones. Ya sabré cómo resulta la experiencia. Por ahora los dejo con un breve cuento mío. Saludos.


J. L. M.